En pos del arcángel van
las fiestas que hoy se celebran,
bajo el solsticio otoñal
el pueblo abre sus puertas
a la alegría y al reencuentro,
a los amigos que llegan,
vecinos de otros lugares
como la Torre o la Puebla,
como Cózar o Almedina,
como de Jaén, la Venta.
En el campo de Montiel
es celebración señera
y el viejo Villamanrique
acoge a los que se acercan.
La plaza ya está ataviada
con flores y con banderas,
pues comienzan los encierros
que de emociones la llenan.
Las vacas corren las calles,
los jóvenes las torean,
mientras San Miguel Arcángel
desde el cielo a todos vela.
Y por la noche sin falta
la música en la verbena
pone color encendido
mientras bailan las estrellas.
Se pone la luna blanca
de sus galas las mejores
Y San Miguel la recibe
con oferentes honores.
Mientras que los que celebran
van apurando la noche,
el pueblo se va durmiendo
y acallándose las voces.
Mañana emerge otro día
de fiestas por San Miguel,
Mañana Villamanrique
el anfitrión vuelve a ser
de convivencia y de paz
y de esperanza también.
Desde este humilde poema
también quiero recordar
a un poeta villoreño
de calidad excepcional.
Por nombre llamado Antonio,
por la gente muy querido,
y está en el cielo escribiendo
con el corazón henchido
de cariño hacia su pueblo
y de afecto a sus amigos.
Y con estos breves versos,
con alegría me despido
y ya me voy preparando
para celebrar lo dicho.
Espero que bien lo pasen
que disfruten los festejos
y que San Miguel nos guarde
con sus alas desde el cielo.