viernes, 28 de enero de 2022

A FEDERICO

 





Tu sangre blanca sobre las ortigas,

entre el olor a incienso de fusiles,

la rosa con sus pétalos de luto

y el ruiseñor sin trinos en su pico.

Por ti llora el alba, Federico,

Pero ríen los corazones donde vives,

porque tu río inagotable de poesía,

nos aniquila y nos deja sin aliento.

Tu grandeza es inmortal, y el universo

no puede poner cerco a la belleza

que emana infatigable de tus textos.