Cuando todo esto acabe,
ojalá y tu piel se vuelva a rozar con la mía,
y tus labios recorran mi cuerpo tendido
bajo la limpieza que traen los vientos de la primavera.
Cuando todo esto acabe,
juntos seremos invencibles,
porque del amor seremos esclavos,
libres ya de ataduras invisibles.
Cuando todo esto acabe,
seremos tierra y sol, semilla y agua
y abriremos los brazos al tiempo de las flores,
al amparo de nuevas esperanzas.
Cuando todo esto acabe,
volverán a mi casa los amigos,
como pájaros que, volanderos,
regresan a la templanza de su nido.
Cuando todo esto acabe,
volveremos a ser nosotros mismos
y miraremos la vida de otro modo,
como la ven los ojos de los niños.
Ante la situación que estamos padeciendo, hoy he querido publicar este poema, dedicado especialmente a todos los que luchan y ponen de su parte para acabar con ella. Venceremos.