Simple y escueto, pero de gran contenido. Bonito verso para describir un trabajo algo desconocido, pero, duro donde los haya. El título, qué buen resumen: "Pan y escarcha". Muy acertado y con un gran mensaje.
Me alegro de haber recuperado el contacto después de tanto tiempo. Sigue escribiendo, lo haces muy bien.
Simple y escueto, pero, de gran contenido. Bonito verso para describir un trabajo algo desconocido, pero, duro donde los haya. El título me ha encantado, muy acertado y con un gran mensaje: "Pan y escarcha".
Me alegra mucho haber recuperado el contacto después de tantos años. Sigue escribiendo, lo haces muy bien.
Esther, muchas gracias por tu comentario y me alegro mucho de que te guste lo que escribo. Una de las mejores cosas que me ha traído el año 2018 ha sido recuperar tu amistad después de más de treinta años. Hablar contigo después de tanto tiempo como si éste no hubiera pasado, me ha hecho reafirmarme en lo que siempre he pensado: que la vida con sus avatares en ocasiones no puede hacer desaparecer la empatía y las relaciones más genuinas. Espero que este blog sirva también como un punto y seguido, como un nexo que nos haga retomar aquella amistad de juventud y espero, como no, poder sentarme a tomar un café en vivo y en directo contigo. Ha pasado mucho tiempo, pero tenemos que pensar que, como decía el viejo tango: "treinta años no es nada". Muchas gracias de nuevo y un abrazo.
De poemas y hambre está la literatura llena, de sentimientos que afloran gracias a la sensibilidad del autor. Aquí no solo eres poeta, también aceitunero. Y eso te hace aún más grande. Sigue tu camino, nosotros iremos siempre a tu lado. Un abrazo.
Muchas gracias por este precioso comentario, como no inspirarse en una de esas gélidas mañanas donde nos acordamos de que antes que nosotros hubo aceituneros que pasaron muchas más fatigas y penalidades, cuando las escarchas eran de borbotones de hielo y el trabajo de una rudeza muy superior a la que hoy nos enfrentamos. A todos ellos va dedicado este pequeño poema y también a todos los que hoy en día siguen recogiendo la aceituna, su pan de cada día. Un abrazo, Rosa.
Andaluces de Jaén, aceituneros altivos......La de noches que me he dormido con esa preciosa letra en la voz de Paco Ibáñez, en mi época reivindicativa! Que bien describes, y en que corto espacio,un trabajo tan arduo, arduo, no por la dificultad,pero si por la dureza,los que lo hemos hecho,damos fé. Pero que lección la del olivo, que aún sabiendo que le arrancarán sus frutos a golpes, año tras año, no duda, en un acto de generosidad,de darnos esos frutos, para nuestro sustento.
Muchas gracias por tu bonito comentario, Enriqueta, la verdad es que el trabajo de la aceituna es de los más duros. Tu recuerdo a los versos de Miguel Hernández en voz de Paco Ibáñez me traen así mismo mis propios recuerdos. Tu último párrafo me encanta, y estoy totalmente de acuerdo con él. Y es que como tu bien dices, el olivo es una planta dura y agradecida, que nos regala a muchos la posibilidad de seguir viviendo. Un abrazo!!!
Simple y escueto, pero de gran contenido.
ResponderEliminarBonito verso para describir un trabajo algo desconocido, pero, duro donde los haya.
El título, qué buen resumen: "Pan y escarcha". Muy acertado y con un gran mensaje.
Me alegro de haber recuperado el contacto después de tanto tiempo.
Sigue escribiendo, lo haces muy bien.
Un abrazo.
Simple y escueto, pero, de gran contenido.
ResponderEliminarBonito verso para describir un trabajo algo desconocido, pero, duro donde los haya.
El título me ha encantado, muy acertado y con un gran mensaje: "Pan y escarcha".
Me alegra mucho haber recuperado el contacto después de tantos años.
Sigue escribiendo, lo haces muy bien.
Un abrazo.
Esther, muchas gracias por tu comentario y me alegro mucho de que te guste lo que escribo. Una de las mejores cosas que me ha traído el año 2018 ha sido recuperar tu amistad después de más de treinta años. Hablar contigo después de tanto tiempo como si éste no hubiera pasado, me ha hecho reafirmarme en lo que siempre he pensado: que la vida con sus avatares en ocasiones no puede hacer desaparecer la empatía y las relaciones más genuinas. Espero que este blog sirva también como un punto y seguido, como un nexo que nos haga retomar aquella amistad de juventud y espero, como no, poder sentarme a tomar un café en vivo y en directo contigo. Ha pasado mucho tiempo, pero tenemos que pensar que, como decía el viejo tango: "treinta años no es nada". Muchas gracias de nuevo y un abrazo.
EliminarQué bonito y emotivo lo que dices, yo no sabría expresarlo mejor, subscribo tus palabras.
EliminarLa amistad auténtica es la que retomas exactamente donde la dejaste, aunque hayan pasado "treinta años".
Espero que algún día, no muy tarde, tomemos ese café y revivamos aquellos tiempos pasados.
Un abrazo.
De poemas y hambre está la literatura llena, de sentimientos que afloran gracias a la sensibilidad del autor. Aquí no solo eres poeta, también aceitunero. Y eso te hace aún más grande. Sigue tu camino, nosotros iremos siempre a tu lado. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por este precioso comentario, como no inspirarse en una de esas gélidas mañanas donde nos acordamos de que antes que nosotros hubo aceituneros que pasaron muchas más fatigas y penalidades, cuando las escarchas eran de borbotones de hielo y el trabajo de una rudeza muy superior a la que hoy nos enfrentamos. A todos ellos va dedicado este pequeño poema y también a todos los que hoy en día siguen recogiendo la aceituna, su pan de cada día. Un abrazo, Rosa.
EliminarAndaluces de Jaén, aceituneros altivos......La de noches que me he dormido con esa preciosa letra en la voz de Paco Ibáñez, en mi época reivindicativa!
ResponderEliminarQue bien describes, y en que corto espacio,un trabajo tan arduo, arduo, no por la dificultad,pero si por la dureza,los que lo hemos hecho,damos fé.
Pero que lección la del olivo, que aún sabiendo que le arrancarán sus frutos a golpes, año tras año, no duda, en un acto de generosidad,de darnos esos frutos, para nuestro sustento.
Muchas gracias por tu bonito comentario, Enriqueta, la verdad es que el trabajo de la aceituna es de los más duros. Tu recuerdo a los versos de Miguel Hernández en voz de Paco Ibáñez me traen así mismo mis propios recuerdos. Tu último párrafo me encanta, y estoy totalmente de acuerdo con él. Y es que como tu bien dices, el olivo es una planta dura y agradecida, que nos regala a muchos la posibilidad de seguir viviendo. Un abrazo!!!
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