LLovizneaba mientras recorría los alrededores de la Colegiata de Santiago, en Castellar. En mi deambular, tropecé con un gato que, cansado de perseguir a los pájaros, intentaba inútilmente colarse entre las rejas de la puerta del edificio que da al mercado buscando refugio.
La tarde era gris y la lluvia, fina, tanto, que calaba mi ropa sin darme apenas cuenta. Sin embargo, no hacía frío, sino una temperatura primaveral que ponía en alerta mis sentidos y que me incitaba a continuar el paseo. Unas chicas salían del bar de Luis poniéndose las mascarillas entre risas. Era un sábado tranquilo. Las casas me parecían más grandes y las calles más anchas. Yo me sentía por primera vez más libre.
Aligeré el paso dirigiéndome hacia el Ayuntamiento, pero antes, quise mirar el horario del Museo Ibérico, denominado también Museo del Exvoto, situado en una torre homenaje del siglo XIV conocida como torre de Pallares, que alberga las figurillas religiosas procedentes de la Cueva de la Lobera, magnífico santuario situado en un paraje mágico al borde del pueblo. El horario es de 10 a 14 horas de lunes a viernes, y el primer y tercer domingo del mes, de 11 a 14 horas. "La visita no será muy tarde", pensé.
La lluvia persistía, pero no molestaba y mis pasos me llevaron frente a la sencilla y elegante portada de la iglesia.
El gato como símbolo de cotidianidad. Hace un año ya del inicio del confinamiento. El tiempo pasa y el ansia de retornar a los hábitos de siempre nos acompaña. Estoy de acuerdo contigo. La libertad y la felicidad se acercan. Ya no queda demasiado. Un saludo. Agustín Blanco.
ResponderEliminarDespués de un año de confinamiento, durante ese paseo pensé que algo comenzaba a cambiar, que poco a poco volveremos a ser los de antes. Los juegos del gato, las risas de las chicas y la lluvia, junto con la belleza del entorno que me rodeaba me parecieron señales inequívocas de ese ansiado cambio. Muchas gracias por tu comentario. Saludos!!
EliminarMuy bien Juan Basilio, siempre hay que ser positivos te ha quedado muy bien este relato, enhorabuena a por el próximo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Paqui, la verdad es que hay que tener esperanza. Un abrazo!!
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