viernes, 14 de diciembre de 2018

EL OLIVO Y LA SETA (Un cuentecillo de otoño)







   
  Cuando el olivo se dio cuenta de la presencia de la seta, ésta ya había hundido las raíces en su corazón. Nada pudo hacer por rechazarla ni tampoco lo pretendió. Al contrario, le brindó calor y protección transformando la ruda madera de su cuerpo en un hogar. La seta, agradecida, le contó mil historias arropada por las verdes hojas que le brindaba su benefactor, el cual se complacía en ellas y lloraba a veces, cuando la seta presentía el invierno y con él, el final de sus días. En los comienzos de la fría estación, el olivo recogía su ramaje en torno al recoveco donde se encontraba su frágil huésped intentando que el viento no la dañara. Todo fue inútil y una noche de diciembre, el olivo notó que las cosquillas que las raíces de la seta provocaban en su corazón habían desaparecido y sus lágrimas se fundieron con las gotas de lluvia que en aquellos momentos comenzaban a caer.










6 comentarios:

  1. Nuestro corazón está dispuesto a ofrecerle un lugar privilegiado a ese huesped que llega para quedarse, que tenemos la inmensa suerte de conocer, que nos hace felices, que comparte nuestras horas y sin embargo sabemos que no siempre se quedará con nosotros. Quizás la verdadera lección sea que aprovechemos el tiempo y que una herida abierta llora porque sentir y escuchar nos hace más humanos, recordar más sabios, y ser amables, mejores personas. Un cuento tan aparentemente sencillo que tiene mucho que decir, gracias una vez más. Un abrazo.

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    1. Precioso comentario con el que estoy totalmente de acuerdo. La hospitalidad al que llega de fuera, la generosidad de acoger a esas personas que en un principio pueden sernos desconocidas, pero que, con el paso de los días se convierten en alguien especial para nosotros y que una vez acostumbrados a su presencia, a su conversación y a su forma de ser, nos cuesta trabajo pensar en su partida. Me alegra mucho que te haya gustado este cuento de otoño, que surge de la misma naturaleza, instigadora de historias y de leyendas. En este caso me inspiró este humilde relato. ¡Un fuerte abrazo!.

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  2. Sencillamente sencillo, un correcto alarde de ese espíritu del que tanto nos falta por conocer. Enhorabuena

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Luis y la verdad es que si, la humanidad y la generosidad con los demás debería ser el espíritu que rigiera nuestras vidas. Saludos.

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  3. Ya te comenté Juan Basilio por el Facebook, pero no quería ser menos por aquí no te había comentado nunca creo, pero ya sabes lo que pienso de tus cuentos que me encantan y ya te iré siguiendo enhorabuena un abrazo.

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    1. Muchas gracias por tus amables palabras y me alegro un montón de que te guste lo que escribo. Vuestros comentarios animan a seguir escribiendo. Gracias de nuevo y ¡un abrazo!

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