miércoles, 14 de julio de 2021

FINAL DE VIAJE

 



      

      "La última vez que la vi, se despidió de mí desde su descapotable blanco con una sonrisa abierta y dulce, y con la alegría de quien desea iniciar una nueva vida. Se había comprado por fin una casa en Los Ángeles y quería establecerse, echar raíces en el mundo. Su vida había sido hasta entonces un ajetreo constante: su infancia, repartida entre orfanatos y casas de acogida había transcurrido sin padre ni madre, sin esa base fundamental de seguridad que se les proporciona a los seres humanos para saber cómo afrontar la vida. Pero ella le hizo frente a dentelladas. Sus matrimonios habían sido lacónicas experiencias que no supieron darle la estabilidad que perseguía. Jim Dougherty, su primer marido, fue un clavo ardiendo, una vía de escape ante la oscilación de hogares desconocidos, donde unas veces la querían y otras no. Tenía entonces 16 años y era apenas una niña. Con Joe di Maggio, la gran estrella de béisbol, vivió un matrimonio a veces feliz, pero otras veces, (las más) empañado por las tempestuosas borrascas de los celos de él, que estallaban sin control y en cualquier circunstancia. Por último, con Arthur Miller, el gran intelectual, vivió un infierno donde a menudo se sentía subvalorada y utilizada por él, a la vez que, hipócritamente, sobrevivía como escritor apoyándose en la inmensidad de su fama. Más de una vez le sacó las castañas del fuego a este hombre, que pese a su talento, nunca dejó de sentirse amenazado por el de ella. Ahora, todo parecía haber cambiado pues se sentía más independiente que nunca, habiendo decidido conformar su hogar definitivo en soledad, pero en total libertad. Para ello, me contó que se marchaba a México a comprar los muebles y enseres necesarios para decorar su casa. Si había alguna ilusión en ella, era plantarse de una vez y sentirse segura y eso, según su pensamiento, solo lo conseguiría adquiriendo una casa en propiedad a la que regresar cada noche a refugiarse del barullo que producía en el mundo su inagotable tintineo de estrella.

No volví a verla más. Me enteré por la prensa del revuelo que había ocasionado su visita a México, donde recibió una acogida extraordinaria y de su interés por el arte y por la cinematografía mexicana, llegando a visitar el plató donde rodaba el director español Luis Buñuel la película "El ángel exterminador". Su presencia fue una conmoción para todos los que allí se encontraban y Buñuel estuvo encantado de recibirla y contarle secretos de rodaje del film, mostrándose ella en todo momento muy interesada. 

      Era el mes de julio cuando recibí su última llamada, en la que me contaba que iba a realizar una sesión fotográfica en la playa de Malibú con George Barris, un fotógrafo de talento que había conocido en el año 1955, durante el rodaje de "La tentación vive arriba". En nuestra conversación, dejó entrever que se sentía ilusionada con este proyecto que la hacía retornar a su época de modelo, a la vez que me comentó que aún no había terminado de amueblar su hogar, pues los muebles encargados en México, estaban aún por llegar. Me dio un beso por teléfono y se despidió.

      La mañana del día 5 de agosto, la radio daba la noticia de que Marilyn Monroe había sido hallada muerta en su domicilio. Me dio un vuelco el corazón y mi primera reacción fue de incredulidad. Rápidamente llamé a Pat Newcomb, su representante, pero no me cogía el teléfono. Me vestí y salí a toda prisa a la calle dirigiéndome a su casa, en el 12305 Fith Helena Drive, en Brentwood, y entre sirenas de policías y de ambulancias, comprobé que era cierto. Marilyn, la estrella más querida y deseada había fallecido, había llegado al final de su viaje, un final terriblemente inesperado para todos, incluso para ella misma. A la entrada de su casa, en la misma puerta, hizo poner una inscripción sobre cuatro baldosas: "Cursum perficio",cuya traducción viene a decir "El final del camino", pensando en ese deseo de dejar de ser una nómada y de sentir que pertenecía a algún lugar. Sin embargo, ella no hizo otra cosa que continuar en un viaje en ascensión hacia las estrellas, en un periplo en el que estableció en la eternidad su auténtico hogar.

      Hoy, yo, su amigo desconocido, a mis casi noventa años, la recuerdo con la misma intensidad y cariño y a veces, me parece verla cruzar de madrugada en el silencio de mi habitación con un vestido de blancas transparencias, entonces, se para un momento frente a mí, me mira sonriente y después se marcha despacio entre las brumas que, implacables, invaden mis recuerdos."

    

      La fotografía que ilustra este texto es del mencionado George Barris, en una de las últimas sesiones fotográficas de la actriz.








10 comentarios:

  1. Juan Basilio no sé ni que comentarte por el motivo de que también lo haces que no sé si es real o es imaginario como siempre lo sueles hacer, vamos qué es tan original que me hacen sudar como siempre impresionante cómo sabes hacerlo siempre, me has dejado sin palabras mi enhorabuena una vez más y nunca dejes de sorprendernos un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Paqui, me alegro de que te haya gustado el relato porque ese es el fin que persigo, que os diviertan y entretengan. Gracias de nuevo por tu fidelidad al blog y por tus comentarios. ¡Un abrazo!

      Eliminar
  2. El viaje nunca debe finalizar. Has hecho de nuevo un montaje, un guión, ua película que nunca había visto. Es impresionante el resultado. Retoma estos metrajes para que el viaje nos lleve a tantos lugares mágicos que desconocemos. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Continuaremos este viaje iniciado hace años en el que el cine es una baza fundamental en las historias. Muchas gracias por tu comentario y por tus ánimos para seguir este viaje, cuyo destino es agradar. Un abrazo.

      Eliminar
  3. Con cada día, con cada viaje, nos haces cómplices y protagonistas de una historia. A veces bella, en otras trágica, pero siempre distinta. Necesitamos de tus guiones para llevar medianamente el diario. ¡¡¡Gracias Juanba por tus escritos!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias a ti por tu comentario y por animarme a continuar con esta aventura de escribir historias. Me alegro mucho de que te gusten, y también gracias por tus textos, tus relatos y narraciones, de las que tanto disfrutamos y de las que siempre aprendemos. ¡¡Un fuerte abrazo!!

      Eliminar
  4. Juan Basilio qué imaginación tienes parece que estás tu haciendo la película enhorabuena hombre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Juan Antonio, muchas veces se mezclan la vida y el cine. Me alegro de que te haya gustado este relato. Un abrazo.

      Eliminar
  5. Juan, me ha gustado mucho tu relato, jugando con la realidad, la ficción y la complicidad del lector. Me alegro de haberte conocido y poder leer tus relatos que me ha hecho conocer Rosa. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Esteban, yo también me alegro mucho de conocerte y de leerte. Rosa ha logrado poco a poco ir formando un club de lectura muy especial y cercano, donde todos disfrutamos y aprendemos. Un abrazo y espero ya tu próxima publicación.

      Eliminar