sábado, 13 de junio de 2020

NO ERA NADIE







      El brillo surgió de las entrañas más oscuras del bosque y, tras él, una mano rugosa empuñaba el filo cortante que en apenas unos minutos segó su vida. La escarcha caía sobre su cuerpo, mientras se desangraba sobre la tétrica alfombra que componían las hojas de los árboles, los cuales, despojados de ellas, daban oscuras y afiladas sombras a la muerte con sus ramas heladas y retorcidas en aquellos parajes lejanos y fríos. Cuando encontraron su cuerpo, nadie la reconoció y en el depósito de cadáveres, nadie la reclamó. Y es que hay seres, cuyo destino va más allá de la crueldad, porque pasan por la vida dando bandazos de un lugar a otro, sin conocer el calor de unos brazos, ni la mirada cómplice del amor. A ella la mataron por no ser nadie, porque a nadie interesaba su existencia y porque el mundo, se encuentra cada vez más alejado de la humanidad y de la compasión.







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