viernes, 26 de marzo de 2021

CARTA DE NORMAN BATES A SU MADRE


 



      "Querida madre: 

Te escribo esta vez para decirte lo que ya sabes por mi voz, que todo en mí eres tú, que mi entendimiento solo responde a tu mandato y que por ti, soy, hoy por hoy, prisionero de mi mismo. También por ti, me arranqué el brillo de los ojos hasta dejarlos como carbones sin luz, apagados por la humedad de mis lágrimas. Te diré que fui feliz en las tinieblas de mi habitación oliendo tus ropas y usando tus perfumes, recordando lo que me decías: "Norman, te debes a mí". Madre, soy yo quién más te ha querido, soy yo quien más te ha hecho sufrir, soy aquel que olisquea tus pasos, que persigue tu sombra fría entre las bambalinas que imagino dormido. Lloro a veces, porque en tus brazos de hierro no me sentí seguro, porque tus besos, ausentes casi siempre, despertaban en mí desasosiego y miedo. Pero yo te quería. Te quería y te quiero con toda la fuerza que me da la juventud de mi cuerpo y la que obtengo de mi pensamiento, tan parecido al tuyo. Y tú, me arrastras con tu impaciencia, tu ímpetu y tu ira a la fina frontera que delimita la cordura y la demencia. Madre, recuerdo tu voz golpeando mis huesos como un huracán, agitando mi interior, continuamente en guerra: "Norman, sígueme, me perteneces", y me callo mientras me cobijo bajo la almohada, imaginándome abrazado a ti, a tu cuerpo maternal e hiriente que me desencaja en su deseada frialdad. Quiéreme tú también madre, quiéreme aunque no me quieras, porque yo te daré mi vida si me acunas en tus brazos mientras me dejo morir soñando con el arrullo del mar, que con tu mejilla pegada a la mía, me acerca a los latidos de tu corazón. Nada más tengo que decirte, me despido ya, pues tengo trabajo. Acaba de llegar una cliente, desde aquí puedo ver su rubio pelo. Parece azorada en esta noche oscura sin más luz que la del motel, pero no te preocupes por ella, porque para mí, madre, solo existes tú.


                                                                              Te quiere, tu hijo Norman."








8 comentarios:

  1. Confesión literaria de un demente atrapado en sus delirios. Transmites el miedo del ser humano hacia la irracionalidad del perturbado, del asesino enfermo que es capaz de poner una cara humana con la que ocultar lo depravado de su proceder. Asusta de solo pensarlo. Asusta nada más leerlo. Un saludo. Agustín Blanco.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu acertado comentario, Agustín. Así es, esta vez he querido imaginar los minutos previos a la llegada de Marion Crane (Janet Leigh) al motel, en la famosa película de Alfred Hitchcock "Psicosis" (1960) reflejando la complejidad de sentimientos del personaje de Norman Bates, que, tras su aspecto afable y su comportamiento casi infantil, esconde un ser fuertemente desequilibrado que le lleva a cometer el asesinato más terrible. Saludos!!

      Eliminar
  2. Hola Juan cuanto me alegro de que vuelvas al terror y al cine, excelente entrega, gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Luis, por seguir estando ahí y me alegro de que te haya gustado el relato. Saludos!!

      Eliminar
  3. Juan Basilio te comenté y pensaba que había salido mi comentario ahora veo que no,es que lo hice con la tablet y no sé porque no salió pero bueno te comento ahora, como dicen la cara es el espejo del alma nunca mejor dicho la cara que tiene el autor la expresión de terror lo dice todo bonito relato de Norman Juan Basilio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario, Paqui. "Psicosis", de Alfred Hitchcock, es una película clásica de terror, que seguramente habrás visto, de ahí parte este relato, donde Norman Bates, papel interpretado genialmente por Anthony Perkins, escribe una carta a su madre antes de recibir en el motel a su próxima cliente y víctima. Me alegro de que te haya gustado. Un abrazo!!

      Eliminar
  4. Cómo te gusta volver a tus orígenes,no puedes negar tu afición por el cine, y una que te conoció en esos enormes trabajos cinéfilos propios de un cronista, no deja de añorar a veces la pasión con que escribías de actores y actrices de esa época en la qué el cine era nuestra fábrica de sueños.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que siento auténtica pasión por el cine, al que tengo que volver irremisiblemente cada cierto tiempo, quizá he dejado pasar demasiado tiempo entre una entrada dedicada al cine y otra, aunque ya tengo una casi preparada para publicar próximamente. El cine siempre ha sido y será, como tú bien dices, nuestra fábrica de sueños. Un abrazo!!

      Eliminar