sábado, 10 de abril de 2021

LUNÁTICO

 





      "A veces, la luna es tan luminosa que no me deja dormir, y es algo extraño, pues aunque cierre a cal y canto la ventana y baje hasta abajo la persiana, todo es inútil, ella llega hasta mí. Hay noches en las que me desvelo simplemente presintiendo que el astro acaparará la noche y que me invadirá con su eléctrica blancura, como así ocurre. Otras, me duermo unos segundos soñando que ella no aparecerá y que cederá el testigo a la oscuridad, pero enseguida despierto, subo la persiana y abro la ventana y la luna lo llena todo, vigilante como una guardiana de mis pesadillas. Sabe que si duermo, a lo mejor, no regreso, a lo mejor me quedo arremolinado en las historias que me invaden cuando cierro los ojos. No lo sé, solo sé que a veces, sentado en el borde de la cama, froto mis ojos e intento averiguar dónde estoy, si estoy en el mundo o estoy en mi mundo. Creo que mi mundo no es este, es un espacio de ríos y montañas, de ciudades lejanas y de historias inacabadas, donde cada día soy yo el que les pone punto y final. Ese es mi mundo y me cobijo en él antes de que me despierte la luna con su hierático poder, que me arrastra a una vigilia incesante. En mi habitación no hay espejos donde mirarme, y sin embargo, ella pone espejos de nácar a mi alrededor y, aunque pongo de mi parte, no logro escapar a la imagen que reflejan, que no es sino un remedo de mí mismo. Me veo entre la nebulosa que envuelve mi habitación y me cercioro con nerviosismo de que no sé lo que busco, y entre las sábanas intento vivir mis sueños, que no sé a qué mundo pertenecen. La luna lo sabe y por eso, a menudo golpea con su hipnótica luz mi ventana, cerrada a cal y canto, y con sus tentáculos me roba el sueño. Hoy la he abierto y he visto que se ha ido, pero en mis ojos insomnes ha dejado un cartel anunciando su próxima visita."






8 comentarios:

  1. Este relato en primera persona consigue que traslademos las penalidades insomnes del protagonista a nuestra conciencia. La luna, pesadilla paranoide que crea espejos de nácar, nos la presentas con una avidez casi humana. Avidez que interfiere en la traqueteada mente del protagonista. No sabe en qué mundo está y no parece que la luminosa y perseverante compañía de la luna vaya a ayudarle en dilucidarlo. Breve y logrado. Saludos. Agustin Blanco.

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    1. Agustín, muy interesante análisis de este nuevo relato. La luna, tantas veces presente en las aventuras y en los sueños de amor más románticos, aquí es un elemento instigador del drama que conlleva el insomnio cuando nos visita asiduamente. El protagonista se debate incapaz a veces de saber a ciencia cierta cual es su lugar. Un sufrimiento solo mitigado por la dulzura que imprime el sueño cuando llega, aunque sea unos minutos. Me ha gustado mucho tu punto de vista. Muchas gracias por tu comentario y un abrazo.

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  2. Juan enhorabuena por regresar con estos relatos tan intensos, en los que logras transportarnos a las pesadillas del protagonista. Pero ¿hay salida? La vía de escape se queda difuminada, una doble acepción que inquieta aún más. Un abrazo.

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    1. Muchas gracias por tu notable comentario. Así es y aunque esa vía de escape exista, nuestro protagonista, atrapado en su terrorífico duermevela, parece ir dando bandazos que lo confunden todavía más, llegando casi a la desesperación que produce la espera, porque sabe que tarde o temprano volverá a estar atrapado en los reflejos pavorosos que emite la luna y que según él, son los causantes de sus pesadillas. Mientras tanto, intenta dormir, pues utiliza el sueño como un frágil subterfugio para escapar. Me alegro mucho de que te haya gustado. Un abrazo y cuídate!!

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  3. Se cree que la luna tiene efectos en el comportamiento humano, en nuestro estado de ánimo y acentúa trastornos psicóticos y depresivos.
    Se piensa que la luna, sobre todo la luna llena, nos influye en la cantidad y calidad de nuestro sueño. El personaje de la historia es un claro ejemplo, describe perfectamente los trastornos obsesivos del sueño que experimenta y es claramente consciente de que la luna le roba el sueño.
    Excelente relato. Un abrazo.

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    1. Esther, muchas gracias por este estupendo comentario a este nuevo relato, que como tu bien dices, la luna ejerce de protagonista de las pesadillas y desasosiegos del protagonista de la historia, que se encuentra en un punto de desesperación que raya la locura, una desesperación que no sabe como superar. Un fuerte abrazo y me alegro de que te haya gustado.

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  4. Juan Basilio este relato es reflejado en esas noches que a veces el desvelo lo tenemos ahí y no somos capaz de coger el sueño, aparte de la luna yo diría que vemos el amanecer el sol muy bonito mi enhorabuena.

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    1. De nuevo muchas gracias por tu comentario, la verdad es que a veces nos desvelamos y no hay modo de coger el sueño, eso llevado a un extremo muy radical provoca las reacciones de nuestro protagonista.. Un abrazo, Paqui!

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