miércoles, 10 de mayo de 2017

JAMES DEAN: EL ETERNO REBELDE




Con tan solo tres películas, James Dean consiguió un lugar de privilegio en el firmamento de las estrellas de Hollywood. Aún hoy, sigue siendo idolatrado, venerado y recordado por las nuevas generaciones. Su influencia va más allá de lo meramente cinematográfico en tanto que, su vida y obra, reflejaron al unísono, el ímpetu de la juventud y los problemas generacionales. James Dean, es por tanto, un icono que marcó toda una época, la de los cincuenta y junto con Marilyn, uno de los mitos más imperecederos del séptimo arte.






James Byron Dean nació en Marion (Indiana) el 8 de febrero de 1931. Sus padres fueron Mildred Winslow y Winton Dean. Su padre, poco dado a los afectos, era distante con el niño. La madre, sin embargo, una mujer de talento, estuvo absolutamente involucrada y dedicada a su cuidado y educación. Su trágica muerte, cuando Jimmy tenía nueve años supuso un trágico golpe para el niño. Su padre, que no sabía que hacer con él, lo envió con su hermana y su cuñado que vivían en una granja en Fairmount, también en Indiana y allí fue criado y educado.
Desde su adolescencia, James Dean fue un chico tímido y sensible, con inclinación natural hacia las artes, aunque también hacia el deporte ( fue miembro del equipo de baloncesto y de béisbol en su época de secundaria). Durante esta época es cuando despierta en él su interés por la interpretación y participa en sus primeras representaciones teatrales. El teatro marcó sus años de universidad, participando activamente en todas las obras que se representaban, entre ellas "Macbeth", donde interpretó a Malcolm. Tras su paso por la universidad, comenzó con pequeños papeles para la televisión, un medio nuevo para él. Marchó a Nueva York, y consiguió entrar en el afamado "Actor´s Studio", una de las más prestigiosas escuelas de interpretación de la época, pero no duró mucho su estancia allí. Sus continuos desacuerdos con el sistema de la escuela hicieron que se marchara y no fue hasta 1953, cuando Dean consiguió un gran papel, esta vez en Broadway con la obra "El inmoralista" de André Gidé, recibiendo críticas elogiosas por su trabajo, que fue excelente, tanto que consiguió el premio Tony de teatro por su  trabajo.






Durante una de las representaciones, el director de cine Elia Kazan, descubrió en él su gran talento y su gran capacidad interpretativa y pensó que sería ideal para el papel protagonista de "Al este del Edén" (1955). Su gran oportunidad como actor le llegó con esta película basada en la novela de John Steinbeck, del mismo título. En esta película James Dean interpreta a Cal Trask, un personaje hecho a su medida, con todas las controversias personales que podría tener el actor. En este gran clásico, James Dean borda su papel, en una composición que emociona desde el primer momento, cuando el espectador se da cuenta de la falta de amor que ha invadido la vida del personaje desde el mismo momento en que nació, y cómo a pesar de ello, sigue buscando en su padre (Raymond Massey) el reconocimiento que nunca tuvo, y en su amargada madre ( una extraordinaria Jo Van Fleet ), el amor y el afecto indispensable para el desarrollo de cualquier ser humano. Cal ve en su hermano Aron, (Richard Dávalos), su enemigo. Aron es una persona dócil y acomodaticia a quien el padre muestra todo su apoyo y afecto, y que es objetivo de la ira de Cal. La mejor venganza es robarle a su novia, Abra, interpretada por la actriz Julie Harris. Todos los intérpretes están fabulosos y James Dean realiza una interpretación donde los matices dramáticos emergen a cada momento, subyugando y dotando al personaje del dolor, de la ternura y del desamparo totalmente necesarios para componer este dramático y magistral personaje de la obra de Steinbeck. Este papel supuso para Dean, una nominación a los oscars. 


 
 
Su siguiente película es "Rebelde sin causa", también de (1955). En ella, James Dean recrea a Jimmy Stark, un estudiante de instituto, cuya vida está marcada por la inestabilidad que supone el continuo traslado de residencia de sus padres. Se trata por tanto de un chico desorientado y con problemas para autoafirmarse, que le llevan la mayoría de las veces a sumergirse en conflictos inesperados.
James Dean otorgó a sus personajes una profundidad psicológica, gracias a la cual, muchos de los jóvenes de la época se identificaron con su imagen, ya icónica: cazadora roja, sobre camiseta blanca y jeans, y el cigarrillo desmayado, colgando de sus labios. Todo un tipo duro, bajo cuya piel, se escondía un alma sensible, y en cierto modo, desvalida. Nicolas Ray dirigió esta obra maestra con gran destreza adentrándose en los problemas y en los choques que se dan entre distintas generaciones, adquiriendo este tema un toque social y de modernidad, que hace que esta película, vista hoy, siga plenamente vigente. Al lado de James Dean, una bella y joven Natalie Wood, y un desamparado Sal Mineo.
 
 



La última película de James Dean fue "Gigante" (1956), un film basado en la novela de Edna Ferber, dirigido por George Stevens y cuyos estelares compañeros de reparto fueron Elizabeth Taylor y Rock Hudson. En esta película James Dean realiza una de sus interpretaciones más completas. En el papel de Jett Rink, un empleado del matrimonio Benedict, interpretado por Hudson y Taylor, dota al personaje de nuevos matices: su amor por Leslie, la esposa de su jefe y a la que trata de conquistar; su extrema ambición, provocada sin duda por el amor que siente hacia ella y que le lleva a desear ser rico para tenerla a su lado, y su frustración al no conseguirla, pese a haber encontrado petróleo y haberse convertido en un gran magnate. En esta película vemos evolucionar el personaje desde su juventud hasta su madurez, una madurez marcada por la soledad, la frustración y el alcoholismo y James Dean lo consigue con una facilidad extraordinaria, lo que viene a corroborar su inmenso talento como actor. Es la prueba de su gran versatilidad y de lo que hubiera podido haber dado de sí como intérprete, si hubiera seguido vivo.





Los años cincuenta no hubieran sido lo que fueron, sin James Dean, que es junto a Marilyn Monroe y Marlon Brando, un referente ineludible de dicha época. Su imagen transgresora y libre lo convirtió en un icono de modernidad, siendo emulado por toda una generación de jóvenes que se sentían identificados con su vida y sus películas. Su temprana desaparición forjó una leyenda que aún perdura, pero estoy seguro de que si hubiera continuado vivo e interpretando, su leyenda no hubiera disminuido, más bien se hubiera acrecentado, pues su talento nos hubiera hecho disfrutar de muchas grandes interpretaciones, que hoy se han perdido en los confines de la eternidad. Un recuerdo para este gran actor, este rebelde eterno que con solo tres películas alcanzó la gloria y la inmortalidad en el universo de las estrellas del cine.  




    





6 comentarios:

  1. Como ya te dije, no soy muy cinéfilo, pero a este si que le seguí, porque a pesar de su corta historia dejo muchas cosas buenas y la pintura, que decir extraordinario,yo digo mucho" el ARTISTA es artista por algo, si no, todos seríamos artistas. Un saludo

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  2. Muchas gracias Antonio, por tu comentario, y me alegro mucho de que te gusten tanto los dibujos, como el actor, que era uno de los grandes y de mis favoritos. Un abrazo.

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  3. James Dean supuso para todos un encuentro único con un actor irrepetible. Creo que nos identificamos con él precisamente por esa imagen de rebeldía, de choque con el mundo que le rodeaba, porque podía ser pequeño y grande a la vez, porque sufría y nosotros con él. No habíamos visto antes un actor con ese talento, con esa fotogenia y con esa versatilidad.
    Fue una pena que falleciera tan joven porque estoy segura que sí que habría llegado muy lejos.
    Viendo tus dibujos me acuerdo de los que yo hice de él, también con tintas. Manejas muy bien tanto el lapiz como la tinta. Qué unidos van las imágenes con el texto. En nuestra memoria siempre quedará su breve pero intensa filmografía. Gracias una vez más por esta preciosa entrada.

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  4. No puedo estar más de acuerdo contigo en tu comentario, James Dean forjó a varias generaciones en el inconformismo, en saber que en un momento dado, podemos cambiar las cosas, y si lo deseamos con fuerza, cambiar nuestras vidas. Esa rebeldía hizo de este gran actor un icono, un símbolo de lo que muchos de nosotros sentimos en un momento u otro, y su imagen, fresca y personal, se identificó enseguida con todos aquellos que, en cierta manera, nos rebelábamos contra lo impuesto. Me encantaría algún día volver a ver tus dibujos, son extraordinarios, y tus magníficas tintas, de las que atesoro una de Marilyn que me regalaste. Muchas gracias por tu bello comentario.

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  5. James Dean ocupó la pared de mi cuarto en la adolescencia, me casé y lo quité por esa extraña idea de que cuando cambias de estado, con el pasado se van marchando nuestros ideales, se va perdiendo nuestra juventud conforme esos posters se van arrugando. Hace unos meses me encontré frente a frente con una imagen que se me reveló conocida, era la misma que había mantenido durante tantos años, ni que decir tiene que la compré inmediatamente. Y volví a visionar las tres magníficas películas de este grandísimo actor. Hoy releyendo este blog tan ameno, me he sentido joven, me he sentido bien. Una iniciativa peculiar, dibujos y cine. Muy acertada.

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  6. Muchas gracias por tu precioso comentario. Yo siempre he dicho que los que amamos el cine y a sus estrellas, y nos seguimos fascinando por ellas, de algún modo, vivimos una adolescencia perpetua, que tratamos de ocultar entre los cambios y las nuevas vivencias que nos va trayendo lógicamente, la madurez. A veces, volvemos a sentirnos jóvenes con sólo mirar a un niño, o como es tu caso, recordando la querida y familiar imagen de un póster, o leyendo este blog, que celebro que te resulte tan ameno y atrayente. Un saludo y gracias de nuevo.

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