viernes, 22 de febrero de 2019

MI CASA ERAS TÚ







 
 
 
A veces, siento el abandono
como el solar triste y desierto
de la casa que un día llené de vida.
Cerré mis ojos de ausencias y de pérdidas
y a través de la desconchada ventana
vi crecer la maleza.
No pude más y me abandoné al abandono.
Mi casa eras tú.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


8 comentarios:

  1. Quizás ahí resida la razón por la que hay que seguir luchando, el abandono encierra toda suerte de inconvenientes, pasajeros que toman su asiento sin ganas de levantarse. El abandono decapita nuestros sueños y por ello tenemos que alejarlo de nuestras vidas para así poder cada mañana arriar la bandera de la esperanza. Los recuerdos deben seguir con nosotros para enseñarnos en qué podemos mejorar. Un abrazo.

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    1. Si, a pesar de todas las cosas que nos van ocurriendo a lo largo de la vida y aunque a veces nos abandonemos al abandono, no debemos tirar la toalla. Estoy totalmente de acuerdo contigo, debemos vestirnos de un optimismo esperanzador para continuar la batalla. Y por supuesto, aprender de lo vivido. Muchas gracias por tu bello comentario a este poema y me alegro de que te haya gustado. ¡Un abrazo!.

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  2. Efectivamente Juan Basilio las ausencias,y el olvido no debe pasar desapercibido, siempre estarán en nuestra mente y recuerdo, tu has puesto mi casa eres tú y yo te digo que mientras haya personas como vosotros recordándonos día a día estos recuerdos, me quedo con mis recuerdos eres tú un abrazo.

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    1. En ocasiones, en los recuerdos encontramos un refugio frente a la vida, que unas veces nos juega malas pasadas, pero que otras, es maravillosa. Hay ausencias irremplazables, pero no debemos abandonarnos al desconsuelo, sino recordarlas y luchar para que ese recuerdo no se extinga. Estoy de acuerdo con tu reflexión, Paqui, un fuerte abrazo y muchas gracias por tu bonito comentario.

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  3. Confiar que la otra persona siempre está ahí y darlo por hecho puede sorprendernos con una relación a la deriva.
    Es fácil dejarse llevar por las rutinas diarias y caer en el abandono emocional y de pareja.
    Solemos valorar lo que teníamos cuando lo perdemos.
    Los pilares del hogar son las personas, no las paredes. Aunque es algo archisabido, deberíamos tenerlo más presente.
    Gracias por esta reflexión y quién sabe si más bien, un toque de atención.

    Un fuerte abrazo.

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    1. A veces nos sentimos abandonados en el abandono cuando la persona a la que quisiste es irrecuperable, cuando ya no existe esa posibilidad, por pequeña que sea, de salvar una relación, cuando comprendemos que todo es inútil. Sin embargo, debemos levantarnos y emprender de nuevo el camino, un camino distinto y desconocido que en principio se nos mostrará algo hostil, pero que poco a poco, se irá despejando, mostrándonos un horizonte nuevo. Muchas gracias por tu comentario, Esther, con el que estoy de acuerdo totalmente. Un fuerte abrazo.

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  4. Cuanto sentimiento derrochas en poemas y en relatos, espero la próxima, un saludo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario y por seguir este blog, ¡un saludo, Luis!

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