domingo, 18 de febrero de 2024

MILDRED, DESEO Y AMBICIÓN

 




Mildred Rogers (Bette Davis) nunca fue una mujer para él. Era perversa, egoísta y ambiciosa, pero el deseo atrapó a Philip Carey (Leslie Howard), un estudiante de arte y después de medicina, que se enamoró perdidamente de ella. Para Mildred, Philip era un juguete, alguien a quien utilizar en su escalada. Mildred trabajaba de camarera y sabía hasta qué punto él se había enamorado y pensaba utilizarlo en su provecho, mientras aparecía algo mejor y así lo hizo. Humillaciones y desprecios, amantes ocasionales, pero Philip parecía de mantequilla en las manos de aquella mujer cuyos sentimientos eran para él cuchillos de hielo que laceraban su cuerpo y su espíritu y a los que no podía renunciar. Mildred se iba y volvía, y a la vez, le iba arruinando la vida a Philip, que dejó a Norah (Kay Johnson), su novia, dulce y sensata, por el vértigo de la aventura de vivir de nuevo con ella. Mildred se volvió a marchar una vez más y lo dejó al borde del desastre, evitando de nuevo por Norah, su ángel protector. Pero volvió de nuevo, esta vez, embarazada y de nuevo obtuvo la ayuda de su antiguo amante. ¿Hasta cuando podrá soportar el corazón de Philip los vaivenes de Mildred y su continuo desprecio? Para saberlo, nada mejor que ver la película "Cautivo del deseo" (1934), dirigida por John Cromwell y magníficamente interpretada por por Bette Davis y Leslie Howard, que dan la medida de unos personajes perdidos en sus emociones, pasionales y contradictorias, pero entresacadas de la vida misma. La película, basada en la novela "Servidumbre humana", de Somerset Maughan, es una auténtica joya del cine, llena de dramatismo y de fuerza, dirigida por un maestro como Cromwell y con el talento de dos grandes actores. En la fotografía, la impactante imagen que luce Bette Davis en este clásico y donde se aprecia la turbadora personalidad del personaje que interpreta, la camarera capaz de despertar en los hombres el deseo más atroz, para luego llevarlos casi a la destrucción.







2 comentarios:

  1. Una gran película, Bette estaba insuperable. Elogiable este modo de devolvernos al séptimo arte

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    1. Así es, aquí Bette Davis, como siempre, da una lección interpretativa de primer orden. Gracias por comentar. Saludos.

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